El puente

La gente pasa apresurada por el puente peatonal que atraviesa una de las avenidas de Bangkok.

Por la noche, tres emigrantes lo habitan: en el centro una mujer con una niña pequeña. Duermen. Al final del puente el padre vigila.

Un turista ingenuo pasa por allí pegando pegatinas de “Paz en Birmania ya“, en caracteres birmanos que nadie mas entiende, para que los que si lo entiendan recuperen la esperanza y sepan que alguien se preocupa por ellos.

El hombre observa con curiosidad como el turista pone las pegatinas. Conoce la escritura, entiende lo que pone. Le habla al turista en Birmano, pero este no entiende. Le pide que se siente junto a el para hablar, pero falla la comunicación. Hace un gesto como de “que mas da”.

A la noche siguiente el turista vuelve al puente. Falta una de las pegatinas y dos de las personas: el padre y la madre. En el puente de Bangkok, una niña de 9 años pide dinero a los pocos peatones que cruzan. Está sola, pero eso parece que a nadie le importa.

Llueve en Tailandia, pero para los muchos de los 3 millones de emigrantes Birmanos en el pais lleva tiempo lloviendo sobre mojado.