La historia de Macau

Su padre se llama Portugal, su madre China. El pequeño Macau tiene los ojos achinados, pero fala Português.
De pequeño jugaba a comprar y vender cosas en la ruta de la seda, pero ahora lo que le gusta son los juegos de azar, y tiene casinos que dan mas dividendos que los de Las Vegas. Tuvo una adolescencia un poco rebelde, y ninguno de sus padres se quería hacer cargo de él.

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Hoy celebra 10 años viviendo en casa de su madre, aunque en un piso a parte. A su padre lo ve cada vez menos y a veces no entiende cuando le hablan en portugués. Sus platos favoritos siguen siendo el chouriço, el Bacalhau y la aleta de tiburón.

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Siempre se ha llevado bien con un primo hermano llamado Hong Kong, incluso acepta su misma moneda.

Macau, o Macao como le llaman varios amigos, siempre ha tenido un cacao mental importante. Pero ahora ya ha crecido y ya no se avergüenza de sus casinos (aunque es consciente de que visualmente son un rato feos), y está orgulloso de su pasado colonial.

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A sus hijos, los ciudadanos de Macau, les trata con el cariño que él no recibió. Una ciudad ordenada y limpia, una educación gratuita y de vez en cuando una paga extra a todos sus ciudadanos, porque en el fondo el pequeño Macau es un niño bien, y no sabe que hacer con todo el dinero que tiene.

His father is called Portugal, his mother China. The tiny Macau has slanted eyes, but fala Português.
As a child used to play to buy and sell things on the Silk Road, but now he’s into gaming, and has casinos that give higher yields than those of Las Vegas. He was a somewhat rebellious teenager, and neither of his parents wanted to take care of him.

Today he celebrates 10 years living at home with his mother, but in a separate apartment. His father sees him less and less, and sometimes he doesn’t  understand when someone speaks to him in Portuguese. His favorite dishes are still chouriço,  Bacalhau and shark fin.

We have always gotten along with a cousin called Hong Kong, he even accepts  his currency.

Macau or Macao as some friends call him, has always had a major mental cacao. But now it has grown and is no longer ashamed about his casinos (although it is aware that are a bit visually ugly), and is proud of its colonial past.

His children, people in Macau, are treated with the affection he never received. A neat and clean city, free education and occasionally a bonus to all his citizens, because basically small Macau is a good boy and do not know what to do with all the money he has.

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